Podemos plantear que la narración oral es un proceso dinámico que se configura en una situación comunicativa real a partir de las interacciones establecidas entre el narrador oral y el público interlocutor.
En la narración oral intervienen recursos psicológicos (personales) procedimientos y medios
comunicativos intencionados en una situación comunicativa real, y su esencia se refleja en la
elaboración de los mensajes, en su significación social y en la forma artística de comunicarlos,
lo que obliga al narrador oral no solo a circunscribirse a los elementos lingü.sticos formales
de la narración oral, sino que necesita descubrir y establecer relaciones entre estos elementos
y los referentes sociolingü.sticos, axiológicos y creativos propios del proceso comunicativo en
que se encuentra inmerso.
Las configuraciones dinámicas del proceso de la narración oral como acto de comunicación, se
sustentan sobre la base de la relación dialéctica entre el saber científico y el saber popular,
(los conocimientos ya aprendidos y los nuevos conocimientos), relación que constituye el eje
esencial bajo la cual se van articulando las configuraciones desde las creencias, saberes y
experiencias en tanto se establecen las interacciones en los planos internos y externos del
proceso entre el narrador oral y el público interlocutor desde una perspectiva cognitiva,
comunicativa y sociocultural.
Recordemos las personalidades de los procesos orales y de la narración oral propuestas
por Garzón Céspedes en la página 95 de su libro Oralidad es comunicación : la de lo que se
dice, la de quien dice, la de quien escucha como interlocutor, la del sitio físico y la de la
circunstancia, es de especial interés el siguiente planteamiento:
“Las cinco personalidades de los procesos orales, no artísticos o artísticos, son decisivas en
cualquier proceso de oralidad, pero la adecuación del conversador escénico y/o narrador oral
escénico desde sí mismo a la personalidad de lo que cuenta es clave. Esta adecuación no
casual, sino intrínseca, comprendida y elegida, diferencia a un conversador escénico de un
comediante, pues al primero no le justifica decir o contar siempre igual; ni utilizar sus recursos,
más perfilados y/o visibles oral escénicamente, de la misma manera siempre; como tampoco le
justifica, en las presentaciones oral escénicas, la presencia de muletillas, ni verbales vocales, ni
gestuales (gestos de la oralidad sin dimensión o jerarquía oral escénicas, gastados de
antemano por su utilización continua en la cotidianeidad; expresiones del rostro, ademanes,
posturas y desplazamientos nerviosos y/o sin conciencia oral escénica de sí por parte del
conversador escénico o del narrador oral escénico; ademanes empequeñecedores; ademanes
encadenados al cuerpo de quien habla; ademanes, posturas y otros, de cierre, inadecuados
tanto para lo comunicativo o comunicador como para lo oral artístico; por citar sólo los más
frecuentes).
Como se puede apreciar, en la narración oral es clave que el narrador sepa crear la situación
comunicativa, porque es la que dinamiza las relaciones entre las configuraciones desde las
cinco personalidades (la de lo que se dice, la de quien dice, la de quien escucha como
interlocutor, la del sitio físico y la de la circunstancia) y determina el tipo de interacción narrador
oral – público interlocutor.
La situación comunicativa es el motor impulsor para alcanzar la finalidad de la narración oral,
es el medio que facilita que el narrador oral pueda comunicar al público interlocutor el mensaje
del cuento, transfiriéndolo a nuevas situaciones, y contextos en correspondencia con las
necesidades y motivaciones del público interlocutor.
La situación comunicativa aunque está vinculada a la intención comunicativa y finalidad de la
narración oral se subordina al resto de las configuraciones, muestra la dinámica del proceso
de la narración oral, y determina su movimiento, lo que propicia que la narración oral sea un
proceso altamente significativo, contextualizado, problémico y desarrollador que facilita la
implicación de todos los sujetos participantes (dígase narrador o público interlocutor)en una
dinámica participativa y desarrolladora, posibilitando que cada quien desempeñe el rol que le
corresponde.
El narrador oral necesita descubrir y establecer relaciones entre las configuraciones (intención
comunicativa y finalidad, orientación ética, y estética, medios comunicativos intencionados y
recursos psicológicos) que la caracterizan desde las cinco aanbieding personalidades, para ello debe
saber:
· Crear la situación comunicativa.
· Comunicar el mensaje de la narración con orientación ética y estética.
· Buscar la correspondencia entre la intención y la finalidad comunicativa con que fue
escrito el texto original y sus necesidades comunicativas.
· Transferir intención y finalidad a nuevas situaciones y contextos
· Utilizar adecuadamente los medios comunicativos intencionados y recursos personales
en correspondencia con las características psicológicas y socioculturales del público
interlocutor.
· Crear vínculos afectivos con el mensaje a comunicar, con los personajes que
intervienen en la narración, con los contextos en que se desarrollan los sucesos, con el
público interlocutor, con el autor del texto de la narración y con su propia personalidad